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¿Qué es el Yoga Yin y el Yoga Iyengar?

Yoga Yin

El yin yoga, también conocido como yin yang yoga, es un tipo de yoga restaurativo, es decir, las posturas son pasivas, al contrario del yoga hatha o yoga vinyasa. El objetivo es conocer las limitaciones de nuestro cuerpo, sentirlo y escucharlo y ser consciente del aquí y el ahora. Y a través de la práctica, mejorar y avanzar. A nivel corporal, el yin se refiere a los tejidos conectivos y el yang a los músculos y la sangre. No obstante, la finalidad última es encontrar el equilibrio de nuestro ser en nuestro día a día, no solo centrarse en los aspectos físicos.

El yoga yin no tiene un origen claro, ya que es el resultado de la mezcla y evolución del yoga con el paso de los años. Sin embargo, sí se sabe que es fruto de la fusión de dos culturas: la india y la china, ya que el yoga yin tiene una clara influencia taoísta, por lo que es muy probable que se desarrollase en China.

El yoga yin es una combinación de las posturas y técnicas propias del hatha yoga (pero manteniendo las asanas mucho más tiempo) y de las prácticas taoístas de la medicina china

Entre los referentes de este tipo de yoga podemos nombrar a Sarah Powers, Paul Grilley y Bernie Clark, que han sabido recoger la esencia de esta práctica y aplicarla en el mundo contemporáneo.

Durante una clase de yoga yin enlazarás una secuencia de asanas de forma lenta y durante varios minutos (mínimo un minuto y como máximo, normalmente, diez); y la mayoría de ellas se realizan en el suelo. Así conseguiremos relajarnos plenamente y estirar cada músculo y articulación de nuestro cuerpo. Este tipo de yoga se centra en el trabajo de los canales energéticos de los meridianos y el sistema sanguíneo, al igual que la medicina tradicional china, a la que, como mencionábamos, está muy ligado.

Se afirma que durante la práctica de yin yoga la «magia del yoga» aparece. Las emociones se pondrán a flor de piel y nos sorprenderemos a nosotros mismos teniendo distintas sensaciones mientras nos mantenemos en una misma postura. Sobra decir que sea cual sea el sentimiento, hay que dejarlo salir: si tenemos ganas de llorar, lloramos; si tenemos ganas de reír, reímos; y si tenemos ganas de gritar, gritamos. Sentiremos un gran alivio, como si nos quitásemos un peso de encima.

La práctica del yoga yin aúna los beneficios generales del yoga y los beneficios de la meditación. Con la práctica de este tipo de yoga mejoraremos la flexibilidad y la amplitud de movimiento de nuestro cuerpo puesto que se trabajan de forma profunda y lenta las articulaciones, tendones y ligamentos. Incrementa la concentración y la conciencia que tenemos del cuerpo. De la misma forma, relaja el sistema nervioso central y reduce el estrés.

Es un tipo de yoga indicado para personas poco deportistas o con una flexibilidad y movilidad reducida, ya que la lentitud y tranquilidad con la que se realiza cada postura, que suelen ser posturas de yoga para principiantes, evitará forzar o dañar los músculos y articulaciones.

Yoga Iyengar

El yoga Iyengar es un tipo de yoga deportivo desarrollado por el indio Bellur Krishnamachar Sundararaja Iyengar y consolidado por sus hijos Geeta S. Iyengar y Prashant S. Iyengar. B. K. S. fundó y dirigió el Ramamani Iyengar Memorial Yoga Institute situado en Pune, India, un centro de referencia mundial para la práctica de yoga.

Este tipo de yoga se centra sobre todo en tres de los ocho estadios del yoga, aunque los otros cinco también se ven involucrados. Estos tres pilares de la práctica del yoga Iyengar son: la realización de posturas (asanas), el dominio de la respiración (pranayama) y el proceso de introspección hacia nosotros mismos (pratyahara).

Es un método de yoga que se ha desarrollado enormemente y ha resultado ser un método muy bien estructurado. Por lo tanto, su puesta en práctica está claramente definida.

Durante una sesión de yoga Iyengar las posturas se practican en un orden y se mantienen durante un tiempo determinados. En segundo lugar, tiene un fuerte carácter pedagógico, el profesor va enseñando a su alumnado poco a poco y atendiendo a las necesidades y progresión de cada persona. Así mismo, el instructor debe ser capaz de saber lo que ha sido asimilado por cada estudiante para minimizar el riesgo de lesión. Este tipo de yoga ha centrado su práctica en posturas que alivian dolores corporales, por lo que se puede afirmar que tiene una aplicación terapéutica. En la práctica de este tipo de yoga se tienen muy en cuenta las limitaciones físicas del alumnado, por lo que se utilizan numerosas herramientas para facilitar la realización de posturas. La marca IYENGAR® ha diseñado varios objetos para practicar este tipo de yoga; como sillas, ladrillos de madera o soportes, entre otras cosas.

Muy en relación con el segundo punto, el profesor o instructor de yoga es una pieza fundamental para realizar esta disciplina. Un profesor de yoga Iyengar explica detalladamente los ejercicios durante la sesión y corrige las posturas a cada persona de forma individualizada. Es más, los profesores de yoga Iyengar que quieran definirse como tal deben realizar una formación impartida por un profesor autorizado y superar un examen para así conseguir el título de profesor de yoga Iyengar y ser incluido en la lista oficial de profesores de esta disciplina. Hay que destacar que IYENGAR® es una marca registrada por lo que solo aquellos en posesión del título oficial pueden utilizar el logotipo y dar clases de forma autorizada.

Este tipo de yoga se ha consolidado como una herramienta terapéutica gracias a diversos estudios científicos que han demostrado sus beneficios a la hora de tratar tanto trastornos físicos como psíquicos. Con su práctica veremos cómo nuestros músculos se fortalecen, ganamos flexibilidad, amplitud de movimiento y la circulación sanguínea mejora. A nivel mental, veremos reducidos nuestros niveles de estrés y nos ayudará a conciliar el sueño. Así mismo, nos sentiremos más tranquilos y calmados a nivel general, lo que repercute en lo que transmitimos a los que nos rodean y la forma en la que actuamos.

Post Author: Isabella Rosignioto